María C. Mateo Cruz
Educación en Inglés, Programa de Enseñanza
Facultad de Educación

Quédate conmigo y así podré mirar una vez más en tus profundos ojos; podré
escuchar esa melodiosa voz dulcemente llamándome, como si hablarme fuera lo
único que le diera vida a tu boca. Viajaré otra vez en el paraíso de tu mente y
recorreré cada pensamiento como si fuera el más hermoso paisaje. Porque al gozar
cada uno de tus pensamientos me haces sentir cada vez más parte de ti.

Dame la oportunidad de comprender lo fantasioso y real de tus sueños. Tus deseos
y anhelos. Como si al soñar no perdieras nada y te dejaras regir por ellos.

Junto a mi conocerás cuál es mi necesidad llamada amor, mi vicio que es amarte y
mi droga que eres tú; conocerás mi verdad, mi secreto, lo que llevo guardado en
este cofre que llamo corazón y que nadie su código había podido descifrar, excepto tú.

Llegaste como aventurero quien va decidido con el corazón y el alma prendidos en
adrenalina y ambición, creyendo encontrar algo que cambie el mundo, su mundo.
O como algún tipo de investigador empeñado en conseguir el misterio oculto que
le llena de placer el alma y sólo él es capaz de encontrarlo; disfrutar cada
descubrimiento al estudiarme, encontrar y apoderarse de mi corazón como su gran
desenlace final.

¿Cómo hacerte entender que yo siempre estaré presente en el brillo de tus
profundos ojos, en la voz que produce tu dulce boca, en cada caricia de tus manos,
en cada viaje en tus pensamientos sintiéndome parte de ti? Que permitirme entrar a
cada uno de tus sueños es abrirme una puerta para adentrarme más a tu vida.

Comprende que estás involucrado con todo a lo que respecta mi vida, que mi
necesidad eres tú, mi vivir eres tú, mi droga lo eres tú, mi debilidad sigues siendo
tú y si no estás junto a mí la soledad reinará en mi corazón.

Quédate conmigo. Quédate y confirmarás que tu destino es al lado mío.

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Quédate Conmigo

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